Termina una clase de yoga.
Todo el mundo sale contento y relajado, la relajación final en Savasana ha estado muy bien.
Un momento.
No todo el mundo sale tan contento.
Un par de caras raras.
Se tocan los trapecios y el cuello con una mano.
Mmm…
Parecen doloridos.
Ponen buena cara, y se van.
Pero en su cabeza no hay sólo relajación.
Más bien se les pasa algo como esto por la mente:
- “Mira que vengo a clase de yoga y me sienta genial, pero no se me va nunca el dolor de cuello”
O quizá algo como esto:
- “Cada vez que salgo de una clase como esta me molesta el cuello, igual debería venir a otro horario o a otro estilo…”
Esto pasa. Y pasa más de lo que a los profes de yoga nos gustaría admitir.
El por qué y cómo prevenirlo y evitarlo es justamente lo que vamos a tratar en este artículo.
La dictadura de las posturas de yoga
El yoga tiene muchos beneficios. Es muy bueno. Merece todo lo bien que se habla de él.
Sin embargo, como toda disciplina aplicada por humanos tiene sus fallos.
Más en la aplicación que en la disciplina diría yo, pero ahí están.
Los humanos tenemos varias tendencias.
Tendencia a complicar lo simple, a volver rígido lo flexible y a crear normas generales a partir de situaciones concretas.
Ninguna de estas tendencias es muy buena, la verdad.
El dolor de cuello no es más que la última manifestación de estos procesos.
Tomamos posturas de yoga, leemos descripciones en libros, escuchamos indicaciones en cursos, clases y talleres y creamos normas rígidas para practicarlas.
Las posturas que debían aportarnos esos beneficios, se convierten en un conjunto de normas que deben cumplirse sí o sí.
Nos adaptamos nosotros a las posturas, y no las posturas a nosotros.
El mundo al revés. Somos expertos en crear mundos al revés.
Trikonasana debe ir con el brazo elevado.
Parsvakonasa debe llevar un brazo por encima de la cabeza.
Utkatasana no es Utkatasana si los brazos paralelos a las orejas.
Y así, en infinidad de posturas.
Piénsalo, ¿cuántas posturas comunes y habituales en cualquier clase de yoga implican llevar los brazos por encima de la cabeza?
La respuesta es: demasiadas.
Las principales causas (y soluciones) del dolor de cuello en yoga
Si comprendemos las causas del dolor de cuello que se da durante y/o después de una clase de yoga, será muy sencillo comprender la solución. En este caso es así.
Mantener los brazos en alto como si fuera obligatorio.
Los brazos en alto, como deducirás del anterior apartado, son una de las principales causas.
La musculatura del cuello es por lo general pequeña y débil, y además es la encargada de sostener los brazos en alto.
Soportar el peso de los brazos y las palancas que estos puedan generar se escapa a sus capacidades y la tendencia a la sobrecarga es evidente y clara.
Elevar los brazos no es un problema, pero hacerlo de forma repetida, sostenida y constante en cada clase de yoga acaba haciendo que esa musculatura se cargue constantemente.
No te cierres a modificar ligeramente algunas posturas bajando los brazos y en la mayoría de casos esos dolores y molestias en el cuello desaparecerán.
Mirar arriba todo el tiempo
No es malo mirar arriba. Pero al igual que en el caso anterior, mirar arriba de forma repetitiva, sostenida y constante en tantas ocasiones en cada clase de yoga tiene sus consecuencias.
La musculatura cervical que sostiene el peso de la cabeza contra la gravedad para provocar este gesto es también pequeña y débil, por lo que tiende a sobrecargarse cuando el gesto es tan repetitivo.
Una vez más, con una ligera variación y olvidando la obsesión por mirar al techo se podrá prevenir la aparición de esos dolores y molestias.
Tan sencillo como efectivo.
No entender los empujes
Los empujes de las manos contra el suelo o la pared (dependiendo de la postura) son otro de los motivos.
Más bien, la falta de entendimiento de estos empujes.
Al empujar con las manos la fuerza suele tender a compensarse con la musculatura cervical, pero la musculatura más grande y que debería ser principal encargada de estos empujes son el pectoral mayor, serrato anterior y dorsal ancho.
Ninguna de esta musculatura es cervical.
Si entrenas tu consciencia cervical para sentir esta musculatura contraerse al empujar en lugar de tensar el cuello, podrás evitar la compensación y sobrecarga de la musculatura cervical y con ello las molestias y dolores cervicales.
Ésto es un trabajo de consciencia corporal, así que igual lleva un poco más de tiempo que los dos apartados anteriores, pero sólo te llevará unos minutos más.
Conclusiones
Si te fijas los gestos repetitivos más insignificantes en tu práctica de yoga pueden tener y tienen consecuencias directas en el corto plazo y, por supuesto, en el largo plazo.
No entender cómo funciona tu cuerpo no es algo que te puedas permitir si quieres moverte y practicar de forma segura.
Al menos es necesaria una base.
Este caso del dolor cervical es sencillo de explicar y transmitir. Muchas otras situaciones comunes no lo son tanto y se siguen dando constantemente y de forma sistemática debido al desconocimiento.
Pero bueno, al menos esto lo tienes ya claro.
Espero que te sirva y lo apliques. Esto es extremadamente sencillo de aplicar, que es lo bueno.
Espero que te haya servido este artículo.
Si lo aplicas y notas mejoría, estaré encantado de leerte en los comentarios.
Ten un día estupendo,
Ariel de Gatica.
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