Experimenta con tu práctica de Yoga

Si hay algo peor que no practicar yoga, eso es practicar yoga de forma mecánica.

Vivimos en un mundo estandarizado, donde todo tiene que tener definiciones muy concretas y encasillamos conceptualmente cualquier aspecto de nuestra vida.

Así, cuando pensamos en yoga pensamos en algo muy concreto y definido, habitualmente en una clase grupal de posturas.

Cuando nos queremos formar nos encontramos con el 99% de las formaciones ofreciendo prácticamente el mismo temario.

Y cuando llevamos un tiempo en esto del yoga acabamos repitiendo los mismos pasos, a menudo de forma mecánica.

Los estilos modernos más practicados son estilos donde las clases son prácticamente igual día tras día, en muchos casos con secuencias fijas sin apenas variaciones o adaptaciones. 

Acabamos por concebir el yoga como algo muy concreto sobre lo que trabajar.

Con suerte tenemos variedad de herramientas y aparte de posturas de vez en cuando se le dedica 5 o 10 minutos a algún pranayama o se cierran los ojos para intentar meditar, o hacer algo que se le parezca al menos. 

Pero el yoga casi nunca fue así. Esta es una concepción reciente de la práctica del yoga, sólo que muy extendida. 

El yoga siempre ha significado experimentación, autoconocimiento y, en una gran parte, fé. 

Yoga mecánico

Repetir las mismas técnicas una y otra vez no tiene por qué ser un problema, pero sí que tiene un riesgo claro: la mecanicidad.

Caer en un esfuerzo mecánico donde la inercia te arrastra mientras haces siempre lo mismo no sólo es un riesgo, sino que es la realidad de muchos practicantes de yoga.

Repetir la misma secuencia intentando mejorar pequeños detalles pero siempre en el marco de lo que dicte un estilo o una escuela es una gran manera de caer en esa actitud mecánica.

El yoga puede adaptarse absolutamente a cada persona, y sin embargo acabamos por hacer lo mismo y de la misma manera que hacen millones de personas más.

Si practicas igual y aspiras a practicar más igual aún que todo el mundo que practique el mismo estilo, entonces te puedo asegurar que no estás aprovechando el potencial del yoga.

Difícilmente lo que mejor te podría venir será exactamente lo mismo que a veinte millones de personas más.

No me malinterpretes. No digo que no sirva o no tenga sus beneficios.

Pero practicar yoga así es como usar un coche sólo para meterte dentro y que no te moje la lluvia, está bien y hace un buen trabajo con eso, pero obviamente tiene muchas más opciones que servir de techo. 

La mecanicidad y la estandarización en la práctica de yoga hace que sistemáticamente no aprovechemos el potencial del yoga y lo usemos sólo para “cubrirnos de la lluvia” en lugar de usarlo para ir a un lugar más soleado.

Espero que se entienda la metáfora 😛

Encontrando tu yoga

Cuando encuentras la forma de practicar y las técnicas que a ti mejor te funcionan acabas teniendo una experiencia única y lejos de los estándares.

Esa es la gracia del yoga precisamente.

Poder encontrar “tu” yoga. 

Tu forma de practicar, tus herramientas, tus pautas.

Para poder llegar a ese punto lo que necesitas es conocerte bien a ti mismo y experimentar. 

Autoconocimiento

Conocerse a uno mismo significa darse cuenta de aquellos detalles que son diferentes para ti.

Consiste en observarse hasta dar con ello.

Si te observas te darás cuenta de que aquellos días que te levantas más temprano tienes una voluntad mayor para hacer lo que tienes que hacer. O al revés, y descubres que no te funciona hacer ciertas cosas porque estás agotado.

Si te observas descubres cómo afecta cierta forma de practicar a otros aspectos de tu vida. Quizá los días que meditas te das cuenta de que eres capaz de gestionar mejor los conflictos cotidianos o quizá el día que meditas de una forma distinta descubres que te funciona mejor o peor en ese sentido.

Observarse es el primer paso para conocerse. Y conocerse es un requisito indispensable para encontrar aquello que mejor te funciona y construir tu propia forma de hacer las cosas, la forma que mejor va contigo.

Lo bueno es que se puede hacer en cualquier momento. 

Experimentos

Hay una manera de tener mucho que observar y conocerse que funciona muy bien: experimentar.

El yoga siempre ha tenido que ver con experimentar.

No descubres si te sienta mejor levantarte más temprano o más tarde hasta que lo haces las suficientes veces y te observas para sacar tus propias conclusiones.

Yo escribo esto muy temprano de madrugada, llevo años conociéndome y experimentando para saber que soy incapaz de pensar con tanta claridad si intento expresarme por escrito por la tarde como sí puedo hacerlo cuando lo hago a primera hora. 

Pasa igual con todo.

Si quieres meditar cada día y has oído que a primera hora es lo mejor pero no has experimentado con hacerlo en otro momento del día, no sabes si estás esforzándote más de la cuenta haciéndolo a un horario que no te funciona bien o si has acertado.

Sólo lo sabrás en la medida que experimentes.

No sabes si esta técnica de meditación te funciona mejor que aquella, si no las pruebas el tiempo suficiente. 

Esto en mis programas de profundización en yoga lo veo mucho. Personas que llevan años meditando y de repente prueban una nueva técnica que les funciona infinitamente mejor.

Imagina si hubieran encontrado esa técnica antes con una actitud más experimentadora. 

El yoga requiere eficiencia, y sólo podemos ser eficientes si hacemos por tener lo más claro posible que aquello a lo que le estamos dedicando nuestro esfuerzo es lo mejor a lo que podemos dedicar nuestro esfuerzo. 

A lo mejor crees que eres una persona a la que le viene mejor practicar estilos dinámicos de yoga donde las posturas no se sostienen el tiempo suficiente, pero si probaras a practicar de forma diferente manteniendo más las posturas durante unos cuantos días seguidos puede que te dieses cuenta de que te funciona mucho mejor.

Este ejemplo concreto es un clásico, pasa muchísimo. 

En definitiva, hay que experimentar.

El yoga va de eso.

Aunque en el estilo que conoces te digan que lo que hay que hacer es practicar una secuencia exactamente de la forma que te dicen y ya está.

El yoga va de experimentar, conocerte y quedarte con aquello que mejor te sirva después de ponerlo en práctica.

La fé tiene que estar en las herramientas del yoga. Fé en ellas para ponerlas en práctica y experimentar lo suficiente para quedártelas o descartarlas. 

No fé en las personas que te dicen que hagas lo mismo que todas las demás que tienes al lado.

La fé, en yoga, debe ir hacia el propio yoga, y nunca hacia las personas.

Si tu fé está depositada en alguien, lo más probable es que acabes por estandarizar tu forma de hacer las cosas.

Puede haber personas que transmitan esas herramientas e incluso esta concepción de experimentación, pero tu fé no debe ir a la persona que lo transmite sino a las herramientas en sí y a la idea de experimentación del yoga.

Propuesta y ejemplos de experimentos en yoga

¿Has probado a practicar al menos 4 técnicas de meditación distintas durante al menos una semana cada una?

Pues ahí tienes un experimento muy interesante.

¿Has probado a practicar estilos dinámicos si practicas estilos de posturas más calmados, o estilos lentos si practicas estilos dinámicos?

Pues ahí tienes otro experimento. Dale al menos un mes de práctica constante y a ver qué pasa. 

¿Has probado hacer pranayamas antes de meditar?

Puedes probar varios pranayamas distintos antes de meditar, uno a la vez, durante una semana cada uno. Seguramente descubras cosas muy interesantes.

¿Has probado a practicar un pranayama concreto durante un mes seguido todos los días en sesiones de al menos 20 minutos?

Otro experimento que puede cambiar la práctica a muchas personas. 

¿Alguna vez has probado a practicar clases de posturas a diario?

Podrías probar un mes y ver la diferencia con lo que hace actualmente.

¿Y a practicar posturas dos veces al día?

Otro experimento interesante.

¿Y por qué tantos experimentos?

Pues porque si no experimentas sólo te mueves por suposiciones o por fé ciega a lo que te hayan dicho.

Te mueves en el mismo sentido, de forma mecánica.

El yoga va de experimentar, ver qué pasa y quedarte con ello o descartarlo.

Nos estamos perdiendo lo que mejor nos funciona sólo por no experimentar. 

Con mis años de experiencia y miles de personas que han pasado por mis clases y formaciones después, te puedo asegurar que la mayoría de personas dedican su esfuerzo de una forma que no le aporta ni una mínima parte de lo que lo haría experimentar más y encontrar su forma de hacer las cosas. 

Así hay personas practicando años posturas y con estancamientos de años también. Para qué practicar 4 veces a la semana durante 5 años si puedes hacerlo de otra manera y conseguir muchos más progresos (en todos los sentidos) en 3 o  4 semanas literalmente.

Así hay personas que llevan meditando años y no se han parado a entender la meditación o practicar otras formas de meditar. He visto demasiadas veces a personas darse cuenta de que sólo estaban cerrando los ojos durante 20 minutos en vez de meditar. La diferencia en la cabeza de una persona que sólo cierra los ojos unos minutos al día y otra que consigue controlar su mente durante 20 minutos al día es abismal. 

Conclusiones

Experimenta.

Esa es la conclusión.

Prueba a hacer las cosas de otras maneras.

Tenlo como algo sistemático. 

Cada cierto tiempo, prueba algo nuevo el tiempo suficiente.

Prueba aquello que te parezca más coherente, claro, pero pruébalo.

No “creas que” algo te funcionará o no te funcionará, ponlo a prueba y conoce si es así o no.

Deshazte del yoga limitado y encorsetado y pon en práctica tu propio yoga, la combinación que a ti te funcione mejor.

Quizá nunca encuentres la mejor, pero es muy posible que te acerques mucho si experimentas y también es muy posible que te quedes muy lejos si no experimentas.

No vale la pena arriesgarse a no experimentar en yoga.

Si tienes algún experimento en mente me encantará que me lo cuentes y leerlo en comentarios.

Puedes comentar justo en esta misma página, abajo del todo.

Dime en comentarios qué experimento vas a poner a prueba y si vas teniendo resultados y te acuerdas, cuéntame también en los comentarios. 

Espero que este artículo te haya arrojado algo de luz. Y espero que empieces a experimentar en algún aspecto de tu práctica.

Ten un día estupendo,

Ariel de Gatica.

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