El Yin Yoga está de moda.
No es para menos.
El Yin Yoga es un estilo tranquilo pero con cierto punto de exigencia, y a la vez eficaz en ganar flexibilidad y aliviar tensiones.
Algo que suena bastante bien para muchas personas y que puede mostrar mejores resultados que otras formas de practicar.
Además, es un estilo que en su argumentación cuenta con referencias a las fascias y la medicina tradicional china, que de por sí suele sonar bastante bien.
Parece muy fundamentado.
La característica principal del Yin Yoga es que se mantienen las posturas durante varios minutos, de forma relajada.
Por lo general, en la mayoría de ocasiones, se trata de estiramientos pasivos.
Cualquier estiramiento pasivo mantenido el tiempo suficiente es eficaz para ganar flexibilidad, mucho más que casi cualquier otra cosa. En este artículo hablo largo y tendido sobre esto.
Mantener posturas durante tantos minutos tiene un componente mental importante, lo que unido al estiramiento profundo que se consigue provoca una gran sensación de calma mental al acabar una sesión.
Sin embargo, hay detalles a tener en cuenta a la hora de practicar Yin Yoga si queremos hacerlo de forma segura.
A estas alturas estaremos de acuerdo con que no existen los estilos perfectos por sí mismos. Es más, personalmente creo que los estilos de yoga modernos no son lo verdaderamente importantes a la hora de definir la seguridad y efectividad de la práctica, sino que el cómo se realiza la práctica, el conocimiento y la técnica son lo realmente importante.
En este artículo voy a detallar aquellos elementos del Yin Yoga con los que tomar precauciones a la hora de practicar para poder sacarle el máximo partido al estilo y a la vez hacerlo de forma segura.
¿El Yin Yoga es terapéutico?
Siempre que vemos algo que funciona medianamente bien en yoga se le intenta atribuir la etiqueta de “terapéutico”.
El yoga puede ser una terapia, estoy convencido de ello, pero para que esto se dé debe cumplirse con un planteamiento absolutamente enfocado hacia la problemática particular de la persona con la que se trabaja, desde un conocimiento muy profundo de lo que se está haciendo.
Un estilo estandarizado y planteado para cualquier tipo de persona no encaja en absoluto en estos parámetros.
El Yin Yoga no es terapéutico como no lo es ningún estilo por sí mismo. Lo terapéutico viene del enfoque individualizado y desde una base de conocimiento muy amplia que plantee el instructor en ese momento.
El problema subyacente a esto de intentar atribuir etiquetas sanadoras al Yin Yoga es que como estilo se le endiosa de forma ciega.
Por eso es necesario traerlo a tierra: cualquier forma de practicar que mantenga las posturas de estiramiento el tiempo suficiente va a funcionar bien.
El Yin Yoga hace esto, pero no es algo especial, en cualquier tipo de práctica en la que se de este factor se darán resultados similares.
En Yin Yoga se estiran la fascia, pero no porque sea Yin Yoga, sino porque cualquier estiramiento estira la fascia.
En Yin Yoga hay un gran componente mental y una gran relajación mental, como ocurrirá durante y después de cualquier estiramiento mantenido durante varios minutos.
El Yin Yoga no es mágico, y entendiendo esto podemos observar que hay cuestiones con las que tomar precauciones para que sus beneficios no se tornen en riesgos.
Precauciones a tener en cuenta con el Yin Yoga
Mantener estiramientos prolongados tiene sus ventajas, pero si la forma en que se mantienen esos estiramientos no es la adecuada acabará por tener más riesgos que ventajas.
Veamos los principales riesgos de la práctica del Yin Yoga:
Falta de técnica: una incorrecta posición articular
De nada sirve mantener una postura de estiramiento si la postura está mal ejecutada según los principios biomecánicos y fisiológicos.
Si tu cuerpo está colocado de forma que hay demasiada tensión mecánica sobre los tejidos, el hecho de mantener demasiado tiempo esa tensión puede acabar provocando efectos indeseados, principalmente lesiones.
En la siguiente imagen vemos un buen ejemplo:
Es la postura de la paloma en Yin Yoga.
Una postura que mantenido el tiempo suficiente sin una buena movilidad de la cadera de la pierna adelantada implica una tensión mecánica sobre la articulación de la rodilla (más concretamente sobre meniscos) muy grande. Demasiado grande.
Sin una buena técnica, una buena movilidad previa y una comprensión de las consecuencias el hecho de mantener esta postura varios minutos es un riesgo en sí mismo.
Se puede adaptar, se puede comprender, pero es necesario que ocurra.
Si no hay adaptaciones y no se entiende cuándo tiene sentido y cuándo no mantener esta postura varios minutos, acabaremos con una rodilla dolorida y un potencial desgaste demasiado grande para lo que nuestra rodilla está preparada.
El tipo de fuerza que se soporta en esta situación es una fuerza de cizalla, un tipo de fuerza que la rodilla en concreto no soporta bien, para la que no está preparada.
Tengo un vídeo en YouTube hablando con detalle sobre esto: ver el vídeo.
Esto ocurre con cualquier postura ejecutada con una técnica incorrecta durante un tiempo prolongado.
Es importante entender el funcionamiento del cuerpo y saber adaptar la postura, la práctica y los tiempos si es necesario, aunque en un principio pueda parecer que no encaje bien con el estilo.
Incomodidad en la postura
Otro factor de riesgo es el mantenimiento de un estiramiento durante un tiempo prolongado sin entender las pautas básicas de un estiramiento pasivo.
Si la forma en que se mantienen las posturas/estiramientos en Yin Yoga no responde a las siguientes pautas, la práctica será muy contraproducente:
- Mantén el estiramiento a un máximo del 70% de intensidad. Si el 100% significa estar a punto de romperte, entonces debes sostener el estiramiento al 70% o menos de ese máximo.
- Mantén el estiramiento con comodidad. Si eres incapaz de relajar tu cuerpo y tu mente durante el estiramiento, probablemente te estés pasando de intensidad y con el paso del tiempo en la postura tu sistema nervioso acabe por ordenar una contracción muscular para protegerse, algo que va en contra absolutamente de la intención del estiramiento.
- Evita molestias o dolores articulares. Si notas alguna molestia no la normalices, es un aviso de que algo no está bien ya sea la intensidad, la técnica o ambas.
Hablo con más detalle sobre estas pautas en el mismo artículo que te cité anteriormente: ver el artículo
Flexibilizar tejidos blandos: Los ligamentos no se estiran
Una de las grandes confusiones argumentales del Yin Yoga es precisamente que los ligamentos deben flexibilizarse.
Los ligamentos son fascia (cierto) y como en el Yin Yoga se estira la fascia, debemos estirar los ligamentos.
No voy a entrar en demasiado detalle técnico, el tema del tejido conectivo (fascia) es bastante complejo. Sólo diré lo siguiente para que podamos entendernos:
La función de los ligamentos es estabilizar las articulaciones. Si pierden su rigidez las articulaciones se vuelven inestables, y con articulaciones inestables el riesgo de lesión aumenta y la función de la articulación se pierde ya que se reduce la capacidad de aplicar fuerza y además se coloca la articulación en rangos de movimiento no fisiológicos, no naturales.
La hiperlaxitud, sin ir más lejos, es por causa de un tejido blando demasiado laxo que no sostiene/estabiliza a la articulación como debería.
Pretender estirar ligamentos no va a hacer sino potenciar las articulaciones hiperlaxas, volver hiperlaxas articulaciones que no lo eran y perder la estabilidad articular imprescindible para un correcto funcionamiento de la propia articulación.
Este planteamiento es peligroso y viene de sencillamente no entender cómo funciona el cuerpo humano ni sus articulaciones.
Ventajas del Yin Yoga
En el apartado anterior hemos visto los puntos del Yin Yoga con los que tener precaución.
Sin embargo, teniendo estos puntos controlados el Yin Yoga es un estilo muy interesante con grandes ventajas:
- Hace énfasis en los estiramientos pasivos, algo que está muy desaprovechado e incluso subestimado en el mundo del yoga.
- El componente mental de tener que sostener los estiramientos ayuda mucho para lograr una introspección y atención importantes, que al fin y al cabo es lo que buscamos también en la práctica de posturas.
- Ofrece una alternativa muy solvente a los estilos dinámicos, con unos resultados físicos muy significativos.
- Bien adaptadas, las clases de Yin Yoga tienen el potencial de ser realmente para cualquier persona.
El Yin Yoga no es magia.
No es “terapéutico” porque sí.
Y tiene sus riesgos, como cualquier disciplina que trabaja con el cuerpo.
Pero teniendo en cuenta los factores de riesgo y corrigiéndolos, se puede lograr una práctica con enormes ventajas y beneficios.
Conclusiones
No existen los estilos de yoga perfectos.
Existen herramientas que si se aplican de forma adecuada pueden proporcionar beneficios muy sustanciales, aunque si se aplican de forma no adecuada esos beneficios se pueden tornar en perjuicios.
Si hay algo que prevalece sobre los estilos es el conocimiento y entendimiento de lo que se está haciendo.
Si trabajamos con el cuerpo, debemos entender cómo funciona el cuerpo, cómo funciona su movimiento, cómo funcionan sus articulaciones, qué consecuencias tiene usarlo de una u otra manera, etc.
Si esto se da, entonces importa poco el estilo que se use ya que seremos capaz de adaptarlo a nuestra realidad, capacidades y necesidades.
Y si esto no se da, entonces acabaremos jugando a un juego de azar donde quizá nos venga bien lo que estamos haciendo o quizá nos acabe por dar más problemas que soluciones.
He preparado una clase donde analizo cómo usar la biomecánica para adaptar tu práctica y clases de yoga, creo que te puede resultar muy útil para empezar a comprender de verdad cómo funciona el cuerpo y su movimiento en yoga: puedes ver la clase aquí
Uso un ejemplo muy interesante que extraje de una clase de la EBY (Especialización en Biomecánica del Yoga) con uno de mis alumnos. Espero que te resulte útil 🙂
También me gustaría ahora hacerte una pregunta para que me la respondas en los comentarios:
¿Tenías en cuenta estas precauciones a la hora de practicar Yin Yoga?
¿Qué te ha parecido este artículo?
Me ayudará mucho leerte y conocer tu opinión de cara a próximos artículos.
Pasa un día estupendo.
Ariel de Gatica.
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Ariel, me resulto muy interesante y revelador este articulo.
La raíz es siempre la misma, esa necesidad (excesiva según mi opinión) en catalogar, estandardizar, reglar cualquier estilo de yoga haciendo creer a «sus» practicantes que ese mismo estilo es el mejor. Una vez más no se trata ni de disciplinas, ni estilos ni secuencias se trata de conocimiento aplicado en cuerpos en movimiento (como bien nos enseñaste en la EBY). Actualmente, el termino » terapéutico» en cualquier disciplina corporal se utiliza casi siempre. Es como si este término te diese la credibilidad, la seguridad incluso la profesionalidad ante los demás, ante tus alumnos y ante ti mismo que estás haciendo lo correcto. Sinceramente, esto denota inseguridad y/o falta de formación.
El » saber hacer» no esta en el término o términos que utilices, en la etiqueta que le pongas a tu practica de yoga sino en la aplicación coherente, sensata y honesta de tu conocimiento de como funciona el cuerpo en movimiento, como lo vas a adaptar a ti, a tus alumnos, y saber la didáctica, estamos enseñando, transmitiendo, guiando.
Hice yin yoga cuando empezó a ponerse de moda, por curiosidad unas sesiones pero desde hace tiempo ya no. Si he practicado y sigo las pautas de mejorar mi flexibilidad y la mis alumnas tal y como he aprendido en el sistema fascial.
Gracias Ariel por difundir temas tan interesantes.
Disfruto mucho leyéndote y aprendiendo. Un fuerte abrazo. Eva